Estudió para maquinista mercante y después se instaló en Sanxenxo donde montó una fábrica de gasiosas. En 1911 asistió a una exhibición de aviación en las fiestas de la Peregrina en Pontevedra y decidió vender la fábrica para marchar a Francia y formarse como pilotoSu formación como aviador se limitó a un curso intensivo de pocos días donde consigue el título de piloto de aviación. Con 30.000 pesetas compra un avión de la marca “Bleriot”, de 50 H. P., regresa a Sanxenxo y prepara el campo de Baltar para practicar sus vuelos.
Sus primeras acrobacias en Galica tienen lugar en Ferrol, el 6 de mayo de 1913, con ocasión de la botadura del acorazado “AlfonsoXIII”, a la que asisten la infanta Isabel y el ministro de la marina.
En la
exhibición aerónautica Piñeiro compite con el francés Poumet, que se niega a
realizar “el vuelo de la gaviota”, consistente en que una de las alas del
monoplano, describiendo un círculo toque el mar. La destreza de Piñeiro cuando
quiso acariciar el mar de su niñez no pudo impedir tropezar con unos maderos
sumergidos, lo que le cuesta su primer accidente. Una vez reparado el avión,
reaparece en 1913 en el gran festival de Burgos, donde intervienen los grandes
ases franceses del momento, y obtiene el primer premio.
El eco de sus triunfos lo llevan a Buenos Aires,
invitado por el Centro Gallego, para realizar varios vuelos acrobáticos
pilotando su “Bleriot”, que bautiza con el nombre de “Sanjenjo”. Entre la
colectividad gallega y sus admiradores argentinos se inicia una suscripción
popular para regalarle un avión más perfeccionado, que no llegó a comprarse.
Hay un libro que narra la historia del aviador Piñeiro se llama
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