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sábado, 26 de enero de 2019

Gonzalo Torrente Ballester, ferrolano universal fallecido hace 20 años.

Se cumplen 20 años del fallecimiento del escritor ferrolano Don Gonzalo Torrente Ballester. Nacido en Ferrol en el año 1910 y fallecido en Salamanca en 1999, con 88 años de edad.

Decía Torrente Ballester: "Mis libros intentan explorar, mediante la palabra, mundos imaginarios".

 

A parte de su extensa y distinguida vida profesional en la que destacó como profesor, escritor, periodista, novelista, dramaturgo, crítico teatral y ensayista, su vida familiar no fue menos prolífica, casado con Doña María Fernanda, tuvieron siete hijos, los dos últimos nacidos durante su etapa en Estados Unidos como profesor en la State University of New York, en Albany (Nueva York). Sus siete hijos son; José Miguel, Fernanda, Francisca, Álvaro, Juan Pablo, Jaime y Luís Felipe.
Foto de Don Gonzalo, su esposa María Fernanda, con sus siete hijos y su suegra (año 1972)
Entre sus obras destacan la genial La Saga/Fuga de J.B., Crónica del Rey Pasmado, Filomeno A Mi Pesar, Los Gozos y las Sombras, La Isla de los Jacintos Cortados, Fragmentos de Apocalipsis y Don Juan. Quizás no leísteis ningún libro de Torrente, pero es probable que las personas que peinan algunas canas hayan visto la magnífica serie televisiva de TVE Los Gozos y las Sombras, basada en la novela de Gonzalo Torrente Ballester, y que se emitió por primera vez en 1982.

En 1975 es elegido miembro de la Real Academia Española. Recibe el Premio Nacional de Literatura en 1981, el Premio Príncipe de Asturias en 1982 y el Cervantes en 1985. Solamente decir que a este literato nacido en Serantes, Ferrol, le faltó conseguir el Premio Nobel de Literatura, a todas luces una injusticia por parte del jurado noruego.

Unas fotos de su casa natal de Serantes, Ferrol, donde nació el 13 de junio de 1910. Serantes es una parroquia ferrolana que hasta 1940 fue ayuntamiento propio.

Falleció el 27 de enero de 1999 (hace exactamente 20 años), siendo enterrado en Ferrol, en un nicho del cementerio de Serantes próximo a una Capilla gótica del siglo XV, Ferrol.


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domingo, 6 de enero de 2019

Cabo Ortegal y Os Aguillóns, una belleza indescriptible

En el Concello de Cariño y enfrente de la segunda punta más septentrional de la Península Ibérica (Cabo Ortegal) se encuentra un curiosísimo "archipiélago" conocido como Os Aguillóns (Los Aguijones). Son cinco islotes que se llaman de izquierda a derecha: Ínsua Maior, Cabalo Xoán, Tres Irmáns, A Longa y O Rodicio.
 

Cabo Ortegal es además un complejo geológico de interés internacional. Algunos de sus materiales surgieron de la colisión de fragmentos continentales. Rocas básicas, ultrabásicas, gneis y eclogitas (rocas de gran dureza y resistencia a la erosión) abundan en el entorno del Cabo.

Según algunos estudios geológicos, en este enclave se encuentran las rocas más antiguas de la Península Ibérica y sólo son superadas por algunas formaciones geológicas situadas en Canadá, Australia y Sudáfrica. Se ha estimado la edad de estas rocas en 1.160 millones de años, lo que duplica la edad de las más antiguas conocidas hasta ahora en territorio peninsular. 

Otra información relevante es que algunas rocas negras encontradas en Cabo Ortegal estaban compuestas por anfibolita. La explicación es aportada en el siguiente texto extraido de un artículo publicado en La Voz de Galicia;

"Dura, muy pesada, homogénea, oscura, y rica en hierro y magnesio. Se llama anfibolita, fue encontrada en el cabo Ortegal (A Coruña) y es la roca más antigua de la que se tiene constancia en España. Conocida también como granito negro, fue datada en 1.156 millones de años, con lo que duplica la edad de la que hasta ese momento era la gran reliquia, una de 600.000 años localizada en Asturias. El descubrimiento también viene a confirmar que la península Ibérica es el doble de antigua de lo que se creía.

El hallazgo y la posterior datación, una labor a la que ha dedicado dos años y medio un equipo multidisciplinar de varias universidades españolas en colaboración con el Laboratorio Xeolóxico de Laxe (Universidade de A Coruña) y el Museo de Historia Natural de Londres, es una de las piezas que faltaban para recomponer el puzle de la historia y conocer cómo ha sido la evolución en la formación de los continentes, con sus sucesivos ciclos de agrupación en macrocontinentes (Pangea) y desintegración de estos. Los resultados, según los investigadores, son «sorprendentes» y muestran un «inesperado y complejo escenario de la geología gallega».

Pero ¿qué es lo que aporta el hallazgo? En principio se sabe que la anfibolita es roca oceánica que se formó en el fondo del mar. Hace 1.160 millones de años, lo que hoy es Galicia e Iberia en general podía encontrarse sumergido al este del continente de África Oeste. Más tarde, hace 750 millones de años, con las piezas del puzle cambiadas de nuevo, Galicia formaba parte del gran continente de Rodinia, por debajo de Amazonia y en el este de la zona llamada Oeste de África, que en ningún caso era como hoy la conocemos.

En toda su historia conocida, Galicia casi siempre ha estado ligada al mar. «Desde hace 1.156 años hasta ahora, siempre estuvo en el mar, salvo un período histórico muy corto hace 300 millones de años», explicó Ricardo Arenas, de la Universidad Complutense de Madrid.

Las rocas del cabo Ortegal, que siguen conformando hoy en día la mayor parte de la superficie de la zona, permanecieron a gran profundidad hasta que afloraron, hace 200 millones de años, cuando los continentes aún estaban agrupados en uno solo, Pangea. Luego éste se fracturó y produjo un acantilado de 700 metros de altura, lo que hoy en día es el cabo Ortegal.

Esta formación geológica primitiva -en Europa sólo existen de mayor antigüedad en Polonia, y en el resto del mundo, en Australia o Canadá- se originó en una época en la que la tierra era muy inhóspita. No había animales ni plantas. Sólo seres vivos unicelulares. La atmósfera apenas contenía oxígeno y el Sol era un 10% menos brillante."

Si se ven los Aguillóns desde el mar destacan las rocas de granito negro. Parece que están "fuera de lugar", ya que dichas rocas son diferentes al resto del paisaje circundante. Según los geólogos es como si la Tierra se hubiera vuelto del revés al encontrarse rocas en la corteza terrestre que deberían estar en el manto. Estos granitos se formaron a partir de la solidificación del magma en el interior de la Tierra para pasar posteriormente por un proceso de metamorfismo (gneis magmático) para más tarde aflorar a la superficie durante la deformación Hercínica, situándose sobre materiales más recientes.

En el Cabo Ortegal se mezclan las aguas del Mar Cantábrico y del océano Atlántico. No es una "frontera geológica" al no haber ningún tipo de barrera entre los dos mares. Al cruzar el cabo hacia el oeste y salir de su abrigo parece auténtico mar abierto, siendo los vientos son más fuertes y el mar más bravo que en la parte oriental cantábrica. Los marineros de los alrededores tienen un dicho: "a partir de Ortegal empieza la auténtica mar gallega." En mi etapa en la Armada lo pude comprobar viniendo del País Vasco, y es que a partir de la altura de Ortegal el barco se movía más y la navegación hasta Ferrol era casi siempre tortuosa. El tramo costero que va de Cabo Ortegal a Cabo Finisterre es otro mundo en cuanto a dureza del mar se refiere.

Quien no haya visitado la zona, y en alguna ocasión esté relativamente cerca, no puede dejar de acercarse a esa increíble, indescriptible y fascinante costa, uno de los parajes naturales más bellos de Galicia, España y del mundo.




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