El monasterio de San Martín de Xuvia, popularmente conocido como "do Couto" es el monumento más representativo de Narón. Aunque el templo existe desde el siglo IX, fue mandado reconstruir por el Conde de Traba en el siglo XII. En 1835 Mendizábal decreta la desamortización y el monasterio se convierte en iglesia parroquial.
El antiguo monasterio se alza en el lugar de "O Couto" del actual municipio de Narón, asomado a la incomparable ría de Ferrol. Está consagrado a San Martín Dumiense y su origen se fecha anterior al año 977, cuando era una congregación en un terreno acotado, propiedad de la familia Traba. Esta pequeña hermandad, recibe múltiples donaciones en el siglo X y XI. En la segunda mitad del siglo XI, destacan las concesiones efectuadas por miembros de la familia de los condes de Traba.
Aunque se desconoce la fecha exacta de su fundación, diversos estudios sitúan en el siglo IX la fecha de construcción de este monasterio, si bien coinciden en subrayar que la época de su máximo esplendor la alcanzó con su incorporación a la Orden de Cluny, en el siglo XII, tras una donación de la familia Traba. Es por tanto, la Iglesia de San Martiño de Xubia, antiguamente bajo el mando de un convento cluniaciense, una edificación de finales del s. VIII, reconstruida en 1137 por orden del conde de Traba. Este monasterio llegó a ser uno de los principales de la Península Ibérica y de él se conserva la iglesia románica, fechada en los siglos XII - XIII.
Se trata de un edificio románico con añadidos del barroco gallego del XVIII. Una pequeña visita a la iglesia y dependencias monásticas puede mostrarnos una serie de datos alusivos al desarrollo constructivo continuo de este monasterio.
La actual planta basilical de la iglesia consta de tres ábsides semicirculares, muestra un gusto francés que pudo llegar a Xuvia con los monjes cluniacenses a partir del año 1114. Sobre la nave central, tres escalones, dan paso a la capilla mayor, profusamente iluminada por tres hermosas ventanas, enmarcada en un gran arco de triunfo. Dos arcos de medio punto conforman las dos capillas absidiales de la nave del evangelio. Una cubrición común de madera extiende su techumbre sobre las tres naves.
La puerta es única, no existe otra semejante en ninguna iglesia románica conocida. Carece de tímpano, porque el original se rompió y fue luego reutilizado como base de una ventana en las dependencias monásticas. Muy sencilla, la puerta se arma sobre dos arquivoltas coronadas por un arco decorativo de cuadrados y semicírculos rebajados en la piedra (tacos y billetes). Muestra un rigor cisterciense que pudo llegar a finales del siglo XII.
El austero templo sorprende albergando en su interior el sepulcro gótico del caballero Rodrigo Esquío, del s. XV, descubierto durante unas obras de restauración llevadas a cabo hace algo más de una treintena de años. En el interior de la iglesia también pueden contemplarse una colección de más de cincuenta capiteles y canecillos, con figuras vegetales, monstruos y alegorías al inframundo, de estilo compostelano.
Fernando
Esquío fue un trovador
gallego de finales del siglo XIII y comienzos del siglo XIV . Apenas existen datos sobre
su vida, Nacido en el siglo XIII, en Neda, su apellido era común en
localidades como Neda o Jubia. Es posible que fuese de familia noble,
puesto que había Esquíos al servicio de los condes de Andrade y como
priores del monasterio de San Martín de Xuvia. Estudiosos como Ricardo Carvalho Calero sostienen que su apellido pudo haber sido Esquío
(ardilla en gallego), como otros trovadores medievales que tuvieron o
adoptaron como apellido el nombre de un animal.
Se
conservan tan sólo nueve cantigas suyas: tres cantigas de escarnio y
maldecir, cuatro cantigas de amigo y dos cantigas de amor. Su obra
destaca por tener recursos métricos y estróficos muy elaborados. En la localidad de Neda existe un instituto de educación secundaria
con su nombre.
Se sabe que desde este monasterio arrancaba un túnel que conducía a la rivera de la Ría. También parece ser que existió otro túnel orientado tierra adentro. Diversas historias y misterios fueron conocidas en relación con estos pasadizos secretos.
Los restos del monasterio, la iglesia parroquial y el edificio anexo de la casa rectoral fueron declarados en 1972 Bien de Interés Cultural con la categoría de monumento histórico-artístico.
Libros recomendados:
- Sinopsis monográfica del Monasterio Benedictino de San Martín de Jubia o del Couto (1981), por Arturo Souto Vizoso.
- San Martíño de Xuvia, por Antonio Aguayo Cobo e María Dolores Corral Fernández.
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