No solamente fue escritora, sino una activista del feminismo. Conoció el horror de las cárceles de mujeres y hombres, la inmisericordia y miseria de hospicios y manicomios. En la guerra civil carlista acompañó a las tropas para atender heridos de ambos bandos y dirigió el hospital de campaña que se montó para atender a personas heridas y moribundas.
Nació en Ferrol 1820, hija de militar liberal, el cual estaba en contra del régimen monárquico absolutista de Fernando VII, por lo que al final murió por los sufrimientos y penalidades de la prisión, Concepción tenia 8 años, cuando su madre se traslado a Cantabria, donde recibió educación de religiosa. A la edad de 14 años la llevan a Madrid y estudia en un colegio para señoritas. Siete años después entra, como oyente en la Facultad de Derecho vistiendo ropas masculinas, puesto que en la época la educación universitaria estaba vedada a las mujeres. Concepción participa en tertulias políticas y literarias siempre disfrazada de hombre luchando así contra lo establecido contra las mujeres, solo por la propia condición femenina.
Se casó con
un abogado y escritor liberal con quien colabora en el periódico La
Iberia, de contenido liberal. Cuando su esposo Fernando murió de
tuberculosis. Concepción con sus dos hijos se trasladó a Potes, donde
conoce a un joven Presidente de las Conferencias de San Vicente de Paúl,
que la invita a fundar en 1859 el grupo femenino de las Conferencias de
San Vicente Paúl, para ayuda de los pobres. En 1872 funda la
Constructora Benéfica, una sociedad que se dedica a la construcción de
casas baratas para obreros y colabora organizando en España la Cruz Roja
de Socorro, para los heridos de la guerra carlista, y trabaja en un
hospital de campaña.
Concepción denunció la situación de la
mujer como ser humano marginado a quien hay que ayudar, estimular y
respetar, educándola en la dignidad de su propia condición. Sus obras
destinadas al feminismo son : La mujer del porvenir, la educación de la
mujer, El trabajo de las mujeres y El servicio domestico.
Con ella nace el feminismo en España. Concepción Arenal otorga a la educación e instrucción de la mujer un papel fundamental, ya que la mujer “no tiene otra carrera que el matrimonio“.
Critica a la Iglesia, dedicándole frases como: “Consideran que en general la mujer es muy ignorante, no quiere a la mujer instruida, es mejor mantenerla en la ignorancia”.
Murió el 4 de febrero de 1893 en Vigo, donde fue enterrada. En su epitafio figura el lema que la acompañó durante toda su vida: A la virtud, a una vida, a la ciencia.
Seguramente muy poca gente conocía la historia, a mí solo me sonaba porque había un instituto que se llamaba así
ResponderEliminarHabía y hay, es el Instituto que hay al lado de la Estación de tren y la Estación de autobuses de Ferrol. El mítico Concepción Arenal:
ResponderEliminarhttp://www.edu.xunta.es/centros/iesconcepcionarenal/