El castillo de La Palma es una fortificación militar situada en el municipio de Mugardos, está emplazado en la orilla sur de la Ría de Ferrol, en frente al Castillo de San Felipe.
Se trata de una construcción cuyo origen se remonta al año 1597, fecha en que consta que estaba terminado y a punto de ser entregado al gobernador del Reino. En ese momento carecía de armamento y su función se limitaba a la vigilancia del paso marítimo. La edificación tal y como se encuentra en la actualidad se levantó a finales del siglo XIX.
La fortaleza forma parte del conjunto de fortificaciones y baterías defensivas de la Ría de Ferrol. Dando respuesta a la necesidad estratégica militar defensiva. Desde principios del siglo XVI, se construyen diversas fortificaciones, tanto en la ría de Ferrol como en la de Ares, para evitar los ataques de los enemigos. Tiene un estilo de fortificación militar. El responsable de la obra es D. Martín de Padilla, terminándolo de construir en 1597. Posteriormente sufrió diversas modificaciones de las armerías, además de la reconstrucción de algunos arcos. El foso quedó intacto, tanto en su función como en su concepto. Se añaden las garitas en el siglo XVIII. El castillo de "La Palma" vivió el combate de las tropas inglesas en 1596, además de la invasión de la villa de Mugardos. Entre 1731 y 1744 fue reformada para su ampliación según diseños de F.
Montaigú y J. de la Feriere. El aspecto actual se debe a su total
reedificación en el siglo XIX a partir de los planos de E. Montenegro y
J. Pérez Malos (1861), continuados por F. Roldán (1877) y F. Caula
(1883).
Tal y como lo encontramos actualmente, el edificio responde a la reforma realizada en la segunda mitad del s. XIX. Esta reforma destruyó la construcción anterior y erigió una nueva adaptándose a la evolución en los sistemas de fortificación y artillería durante ese siglo.
Esta fortificación completaba desde el siglo XVI el control de la boca de la Ría desde el sureste, con el Castillo de San Felipe y el de San Martín.
Por la zona de mar, presenta una gran batería artillera a dos niveles de tipo acasamatado, con su principal frente hacia el oeste para artillería de retrocarga y con torres de dirección del tipo ópticas, cuya construcción se prolongó hasta comienzos del siglo XX. Por la zona de tierra presenta un largo foso en forma de línea quebrada y muros de largas filas de aspilleras. Todo el conjunto está realizado en magnífica sillería de granito.
Muy cerca de este castillo se encuentra también el castillo de San Martín (del que apenas se pueden apreciar hoy unas ruinas), también en Mugardos. Entre el castillo de San Martín y el castillo de San Felipe se tendía una gruesa cadena en el mar que impedía la entrada de los navíos enemigos a la ría de Ferrol.
Su última función fue como cárcel militar, donde fue encarcelado, entre otros, el golpista y ex teniente coronel de la Guardia Civil Antonio Tejero, que fue uno de los principales cabecillas del intento de golpe de Estado el 23 de febrero de 1981 en España, popularmente conocido como 23-F.
A principios del siglo XXI, fue adquirido por una cadena hotelera y se encuentra en estado de abandono, a la espera de que se inicien las obras de restauración y acondicionamiento.
El deterioro de la fortaleza viene motivado, en gran parte, por los reparos que ha puesto el Gobierno central a la construcción de un hotel de grandes prestaciones en el castillo. Con la intención de ejecutar este proyecto, el grupo Diana y la sociedad Invertaresa compraron el monumento en el año 2003. Pagaron a Defensa algo más de 1,3 millones de euros y tenían previsto invertir 20 en la transformación del inmueble.
Sin embargo, la iniciativa tropezó con los reparos del Ministerio de Medio Ambiente, que, a través de la Demarcación de Costas de Galicia, emitió un informe desfavorable contra el cambio de usos de los terrenos sobre los que se asienta el castillo y que figuran en el Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM) de Mugardos, donde está ubicada la fortificación, con la calificación de militares. Mientras que, por el tipo de infraestructura que se pretende llevar a cabo en el castillo, la parcela debería aparecer con usos dotacionales.
Costas respalda su dictamen negativo en que el proyecto del hotel recoge la construcción de habitaciones pegadas al mar, «en una zona de servidumbre de protección» donde la legislación no permite que las estancias tengan usos residenciales. Desde el Gobierno gallego y el Concello de Mugardos ya han solicitado al Ejecutivo estatal que haga una excepción a esa norma.
Ahora, 11 años después de que una sociedad adquiriese el monumento para transformarlo en un hotel de lujo y mientras el proyecto se atasca por los trámites administrativos, el castillo de la Palma muestra un aspecto cada vez más deteriorado. El musgo gana terreno por las murallas de la fortaleza y las techumbres de algunas edificaciones interiores del monumento se han derrumbado y permanecen esparcidas por el suelo.
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