Las Fragas del Eume son un ecosistema único en Europa. Actualmente es un parque Natural y abarca 9.126 ha en las riberas del río
Eume. Fue declarado parque natural en 1997, y también como Lugar de Importancia Comunitaria, coincidiendo
sus límites con los del parque natural. Sus fragas están consideradas uno de
los mejores ejemplos de bosque atlántico termófilo del continente europeo.
Agrupadas en las orillas del río del mismo nombre (84 km de largo), a extensión arbórea es la principal muestra de este ecosistema de alta biodiversidad, el bosque atlántico, tan específico gracias a la proximidad de la mar y de las profundas riberas del río Eume.
Las Fragas del río Eume son un destacado representante de la fase clímax de
la vegetación gallega. Los bosques de ribera, de los que el parque es un buen
ejemplo, se distinguen por sus ecosistemas de elevada biodiversidad,
particularmente en lo que respecta a la flora. Tradicionalmente fueron muy
explotados por el hombre por la riqueza y fertilidad de los suelos, y por eso
son ecosistemas poco frecuentes y conservados únicamente en zonas aisladas,
como estas fragas.
Dentro de los límites del parque existen numerosos vestigios de la actividad
humana, como los hornos para hacer el carbón vegetal. También hay restos de
interés histórico y de la arquitectura tradicional, tales como cruceros,
puentes y santuarios.
Entre los peces destaca el Reo y la trucha, además de otros como el salmón la anguila, espiñento y lamprea.
Entre las aves destacan las que se han adaptado a cazar en el bosque, como los azores y el búho chico.También las que viven en espacios más abiertos como el halcón peregrino, el milano común y real. Entre los pequeños insectívoros podemos resaltar el trepador azul, pito real y pito verde. En las orillas de las vías fluviales del parque destacan el mirlo y el martín pescador.
Entre los mamíferos destacan la nutria, la garduña y la jineta. Abundan también el corzo, el zorro, el ciervo y el tejón. También en las zonas más elevadas y apartadas de los núcleos de población hay poblaciones de lobo.
El monasterio de Caaveiro se estableció en el año 934 en las Fragas
del Eume, (Provincia de La Coruña), Comunidad Autónoma de Galicia, España, para
acoger a los numerosos ermitaños y anacoretas que vivían dispersos en la zona. Pero pronto,
importantes donaciones de S. Rosendo engrandecen el patrimonio del monasterio
recibiendo este la mayor parte de las tierras cultivables existentes a la
derecha del Río Eume y le conceden jurisdicción sobre villas y feligresías
eximiéndolo de la autoridad del arzobispado de Santiago de Compostela.
Obtiene así el cenobio un gran poder, alcanzando su iglesia la categoría de
Real Colegiata (con seis canónigos) que conservará hasta finales del siglo
XVIII, época en la que, tras quedar abandonado, queda al cuidado de un casero e
inicia así su decadencia y deterioro. Acabando el siglo XIX, Pío García
Espinosa, que había comprado buena parte de las tierras que rodean el monasterio,
consigue una autorización del Arzobispo de Santiago para restaurarlo. Derriba,
para acometer la restauración, la casa delantera y la iglesia prioral, edifica
un pabellón almenado y reconstruye la capilla de Sta. Isabel.
FUENTES:
FOTOGRAFIAS:
Realizadas por Fernando Allegue Fernandez, Carlos Rodríguez Vidal y Cecilia Porta.
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